martes, 1 de junio de 2010

Demanda de energía a nivel mundial

La población mundial actual es de 6.000.000.000 de habitantes con un crecimiento de 1,8 % por año. La demanda de energía a nivel mundial crece cada año entre un 8  y un 10 %. Nuestra alta dependencia de los combustibles fósiles plantea dos aspectos críticos, por un lado la disminución de recursos fósiles que afecta a la necesidad de asegurar un suministro fiable y asequible de energía como aspecto fundamental que proporcione la estabilidad y el desarrollo económico de nuestra sociedad y por otro, la calidad del medio ambiente y la necesidad urgente de atajar la problemática creada en cuanto a su deterioro creciente.
Estos dos aspectos constituyen retos importantes que es necesario resolver pues afectan a nuestra supervivencia.
Es necesario encontrar nuevas alternativas energéticas y en este contexto, es probable que el hidrógeno forme parte de este futuro y posiblemente una parte importante.

La mayor parte de los recursos energéticos mundiales provienen de la irradiación solar de la Tierra - alguna de esta energía ha sido almacenada en forma de energía fósil, otra parte de ella es utilizable en forma directa o indirecta como por ejemplo vía energía eólica, hidráulica o de las olas. El término constante solar es la cantidad de radiación electromagnética solar incidente por unidad de superficie, medida en la superficie exterior de la atmósfera terrestre, en un plano perpendicular a los rayos. La constante solar incluye a todos los tipos de radiación solar, no sólo a la luz visible. Mediciones de satélites la sitúan alrededor de 1366 vatios por metro cuadrado, aunque fluctúa un 6,9% a lo largo del año - desde los 1412 W/m² a principios de enero hasta los 1321 W/m² a principios de julio, dada la variación de la distancia desde el Sol, de una cuantas partes por mil diariamente. Para la Tierra al completo, con una sección transversal de 127.400.000 km², la potencia obtenida es de 1,740×1017 vatios, más o menos un 3,5%.

lunes, 31 de mayo de 2010

El PROBLEMA DE LA CAPA DE OZONO

El seguimiento observacional de la capa de ozono, llevado a cabo en los últimos años, ha llegado a la conclusión de que dicha capa puede considerarse seriamente amenazada. El enrarecimiento grave de la capa de ozono provocará el aumento de los casos de melanomas (cáncer) de piel, de cataratas oculares, supresión del sistema inmunitario en humanos y en otras especies. También afectará a los cultivos sensibles a la radiación ultravioleta.

Para preservar la capa de ozono hay que disminuir a cero el uso de compuestos químicos como los clorofluorocarbonos (refrigerantes industriales, propelentes), y fungicidas de suelo (como el bromuro de metilo) (Argentina, 900 toneladas/año[5] ) que destruyen la capa de ozono a un ritmo 50 veces superior a los CFC.

Hay que tomar conciencia de la gran cantidad de moléculas de ozono que se destruyen diariamente por culpa de la actividad humana y que tomando las medidas adecuadas se podría remediar.

LOS INCENDIOS FORESTALES Y SUS EFECTOS

Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin control sobre combustibles forestales situados en el monte. También puede definirse como: el fuego que se expande sin control sobre especies arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, siempre que no sean características del cultivo agrícola o fueren objeto del mismo y que no tengan calificación de terrenos urbanos, afectando esta vegetación que no estaba destinada para la quema. Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales pueden ser muy variadas, en todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto es, la existencia de grandes masas de vegetación en concurrencia con periodos más o menos prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan el agua perdida del sustrato. No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al 30% las plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se multiplica. Y si a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la posibilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelven significativa.

tala de árboles en el mundo (deforestación)

Un planeta sano necesita bosques sanos. Los bosques prósperos regulan el ciclo del agua y estabilizan los suelos. Los bosques también ayudan a moderar el clima absorbiendo y almacenando dióxido de carbono. Además de estos servicios como ecosistema, los bosques proporcionan hábitat para flora y fauna diversa, ofrecen posibilidades culturales, espirituales y de ocio, y proporcionan una gran variedad de alimentos, medicinas y de madera. África perdió 64 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y 2005, el mayor descenso entre todos los continentes. La recolección de leña lidera gran parte del agotamiento de los bosques. La exportación de madera también juega un papel importante, con el 80% de la producción de la madera de la cuenca del Congo siendo exportada principalmente a China y a la Unión Europea. Suramérica ha acumulado la segunda mayor pérdida de bosque desde 1990, -59 millones de hectáreas-, y la deforestación se ha acelerado durante los cinco años pasados, a partir de 3,8 millones de hectáreas al año durante los años 90 a 4,3 millones de hectáreas anualmente desde 2000. Esta reciente aceleración refleja la pérdida neta de Brasil de 16 millones de hectáreas entre el 2000 y el 2005, - tres cuartas partes del total regional. Si la tala de árboles en el Amazonas continúa desenfrenada, el bosque húmedo más grande del mundo será reducido al 60% de su tamaño actual antes del 2050. Asia perdió 8 millones de hectáreas netas en los años 90 pero ganó una 5 millones de hectáreas netas entre el 2000 y el 2005. Este cambio de dirección es debida a un esfuerzo masivo de repoblación forestal en China, que informó de la plantación de 20 millones de hectáreas de árboles entre 2000 y 2005, con más de un tercio de esta área en forma de plantaciones. Esta tasa de crecimiento, más del doble en relación a la anterior década, es en gran parte el resultado de la prohibición de tala en China, una política decretada después de la extensa tala de árboles en los tramos superiores del valle del río Yangtzé, que dejaron los campos vulnerables a las severas inundaciones de 1998. Desafortunadamente, la prohibición de tala en China ha conducido simplemente la tala de árboles a otra parte, mientras China continúa siendo el mayor importador y procesador de madera del mundo. El sur y el sureste asiático perdieron cerca de 14 millones de hectáreas de bosque durante los pasados cinco años. Los bosques naturales de Indonesia, perdiendo 2 millones de hectáreas al año, han sufrido la tala más fuerte y podrían desaparecer en el plazo de 10 años a medida que dejan paso a las plantaciones madereras y de aceite de palma.

Los riesgos a que se encuentran sometidos los corales

Los corales nace de una unión la del alga y una concha; cubren menos de 1% de la superficie de los océanos pero albergan miles de especies de peces, algas y moluscos. El equilibrio de todos los océanos depende de los corales.

Los corales pueden ser amenazados por causas naturales como son las olas generadas por los huracanes que azotan a los trópicos. Son también afectados por los cambios dramáticos en la temperatura y la salinidad del agua. La depredación por otros organismos tales como peces, caracoles y estrellas de mar son perjudiciales.

El crecimiento rápido de las algas en el arrecife pueden matar a los corales ya que compiten entre si por luz y espacio. Pero los corales han evolucionado por millones de años y se han adaptado para defenderse de las causas naturales. La alta fecundidad, la producción de nematocistos, extender sus pólipos solo de noche son solo una muestra de estas adaptaciones. Hasta el momento han sido muy exitosos.

Desafortunadamente hay otras amenazas para las cuales no se han adaptado. Los efectos antropogénicos tales como la contaminación, deforestación, extracción indiscriminada y la sobrepesca son algunos de los factores que podrían desestabilizar el ecosistema. La contaminación puede afectar de varias formas a los corales.

El ciclo del agua

Se pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la Tierra, en sus tres fases: sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la aparición de la Humanidad. El agua de la Tierra que constituye la hidrósfera se distribuye en tres reservorios principales: los océanos, los continentes y la atmósfera, entre los cuales existe una circulación contínua el ciclo del agua o ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad.

El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua).

La fotosíntesis

Fotosíntesis, proceso en virtud del cual los organismos con clorofila, como las plantas verdes, las algas y algunas bacterias, capturan energía en forma de luz y la transforman en energía química. Prácticamente toda la energía que consume la vida de la biosfera terrestre la zona del planeta en la cual hay vida procede de la fotosíntesis.

La fotosíntesis se realiza en dos etapas: una serie de reacciones que dependen de la luz y son independientes de la temperatura, y otra serie que dependen de la temperatura y son independientes de la luz. La velocidad de la primera etapa, llamada reacción lumínica, aumenta con la intensidad luminosa (dentro de ciertos límites), pero no con la temperatura. En la segunda etapa, llamada reacción en la oscuridad, la velocidad aumenta con la temperatura (dentro de ciertos límites), pero no con la intensidad luminosa.